Vitalica: Desarrollo Humano
Here's to never growing up

El desarrollo escolar.


El niño en la escuela

 

Las primeras experiencias escolares son cruciales para crear las condiciones para el éxito o fracaso futuros Veamos la experiencia en primer grado y cómo aprenden los niños a leer y escribir. Luego examinaremos las influencias en el logro escolar.

 

Ingreso a primer grado

 

Incluso en la actualidad, cuando la mayoría de los niños estadounidenses asisten al jardín de niños, es muy común que esperen el inicio del primer grado con una mezcla de entusiasmo y ansiedad. El primer día en la escuela “regular" es un hito, una señal de los avances del desarrollo que hacen posible esta nueva categoría. Para lograr el mayor progreso académico, los niños deben involucrarse en lo que pasa en clase. El interés, la atención y la participación activa se asocian de manera positiva con las calificaciones que obtuvieron en pruebas de logro e incluso más, con las notas que asignan los maestros de primero a cuarto grados por lo menos.

En un estudio longitudinal nacional, alumnos de primer grado en riesgo de fracaso escolar (por la baja posición socioeconómica o por problemas de conducta, académicos y de atención) progresaron tanto como sus pares de bajo riesgo cuando los maestros les ofrecieron fuerte apoyo educativo y emocional. Dicho apoyo se manifestaba con frecuencia en enseñanza de la lectoescritura, retroalimentación evaluativa, involucramiento de los estudiantes en discusiones, respuesta a sus necesidades emocionales, estimulo de la responsabilidad y construcción de una atmósfera positiva en el salón de clases.

 

Aprendizaje de la lectoescritura

 

Aprender a leer y escribir, una meta importante del currículo de la primaria, libera a los niños de las restricciones de la comunicación cara a cara y les permite acceder a las ideas e imaginación de personas de tiempos remotos y de tierras distantes. Una vez que los niños pueden traducir las marcas de una  página en patrones de sonido y significado, tienen la posibilidad de desarrollar estrategias cada vez más complejas para entender lo que leen y de utilizar palabras escritas para expresar ideas, pensamientos y sentimientos, lectura y escritura. Los niños pueden identificar una palabra escrita en dos formas, una se conoce como decodificación: el niño examina la palabra y la traduce de la forma impresa al habla antes de recuperarla de la memoria de largo plazo, para hacerlo, tiene que dominar el código fonético que hace coincidir el alfabeto impreso con los sonidos hablados(fonemas). El otro método es la recuperación basada en la visión: el niño mira la palabra y luego la recupera. Esos dos métodos forman el núcleo de dos aproximaciones contrastantes a la enseñanza de la lectura. El enfoque tradicional que hace hincapié en la decodificación, se denomina enfoque fonético (se le otorga importancia al código). El enfoque  del lenguaje total más reciente, destaca la recuperación visual y el uso de claves contextuales.

El enfoque del lenguaje total se basa en la creencia de que los niños pueden aprender a leer y escribir de manera natural, de la misma manera en que aprenden a entender y usar el habla. Los defensores del lenguaje total afirman que los niños aprenden a leer con mejor comprensión y más disfrute si desde el inicio experimentan el lenguaje escrito como una forma de obtener información y expresar ideas y sentimientos, y no como un sistema de sonidos y sílabas aislados que deben aprenderse por práctica de la memoria.

En contraste con las rigurosas tareas dirigidas por el maestro que se incluyen en la enseñanza fonética, los programas del lenguaje total presentan literatura real y actividades del estudiante

 

A pesar de la popularidad del enfoque del lenguaje total, la investigación ha encontrado poco apoyo para sus afirmaciones Una larga línea de investigación favorece la opinión de que la conciencia fonémica y el entrenamiento fonético temprano son claves para adquirir competencia en la lectura de parte de la mayoría de los niños.

 

Muchos expertos recomiendan una mezcla de las mejores características de ambos enfoques (National Reading Panel. 2000). Los niños pueden aprender habilidades fonéticas junto con estrategias que los ayuden a entender lo que leen. Dado que las habilidades de lectura son producto de muchas funciones en diferentes partes del cerebro es menos probable que tenga éxito la sola enseñanza de habilidades específicas  fonéticas o de comprensión. Los niños pueden reunir estrategias fonéticas y visuales, por medio de la recuperación visual de las palabras familiares y la decodificación fonética de las palabras desconocidas, lo que los convierte en mejores. y también más versátiles lectores.

 

La metacogníción, la conciencia de los propios procesos de pensamiento ayuda a los niños a monitorear su comprensión dc lo que leen y les permite desarrollar estrategias para eliminar cualquier problema, estrategias como leer despacio, volver a leer los pasajes difíciles, tratar de visualizar la información y pensar en ejemplos. Hacer que los estudiantes recuerden, resuman y hagan preguntas acerca de lo que acaban de leer mejora la comprensión (National Reading Panel. 2000).

 

Cualquiera que sea el método de enseñanza que se utilice, a algunos niños resulta más fácil aprender a leer que para otros Esas diferencias individuales reflejan una importante influencia genética y tienden a permanecer estables durante los años de la primaria. El ambiente compartido y la interacción entre herencia y ambiente también juegan papeles importantes.

 

No obstante, los niños que al inicio tienen dificultades para la lectura no necesariamente están condenados al fracaso en esta área. Un estudio longitudinal siguió el progreso de 146 niños de bajos ingresos cuyas calificaciones de lectura en primer grado cayeron debajo del percentil 30. Entre segundo y cuarto grados. 30% de ellos mostraron un avance constante hacia las habilidades promedio de lectura. Los niños que más mejoraron fueron los que en el jardín de niños, habían mostrado habilidades de alfabetización emergente relativamente fuertes y mejor conducta en el salón de clases, lo que les permitía prestar atención y beneficiarse de la enseñanza.

 

La adquisición de capacidades de escritura va de la mano con el desarrollo de la lectura. Los preescolares mayores empiezan a usar letras, números y formas parecidas a letras como símbolos para representar palabras o partes de palabras (sílabas o fonemas).

A menudo su ortografía es bastante ingeniosa, tanto que en ocasiones ni siquiera ellos pueden leerla.

A los niños pequeños les resulta difícil escribir. A diferencia de la conversación, que les ofrece retroalimentación constante. la escritura requiere que el niño juzgue de manera independiente si ha alcanzado la meta de comunicación. También debe tener en mente muchas otras restricciones: ortografía, puntuación, gramática y mayúsculas, así como la tarea física básica de formar las letras.

 

Influencias en el logro escolar

 

Como predeciría la teoría bioecológica de Bronfenbrenner, además de las propias características de los niños, cada nivel del contexto de su vida (de la familia inmediata a lo que sucede en el aula hasta los mensajes que el niño recibe de los pares y de la cultura mayor como “¡No es bueno ser listo!") Influye en su desempeño escolar.

 

Creencias de autoeficacia: los estudiantes que poseen una elevada autoeficacia que creen que pueden dominar el trabajo escolar y regular su aprendizaje tienen mayor probabilidad de triunfar que los que no creen en sus habilidades Los aprendices autorregulados establecen metas difíciles y aplican estrategias apropiadas para alcanzarlas. Se esfuerzan, persisten a pesar de las dificultades y buscan ayuda cuando es necesario. Los que no creen en su habilidad para triunfar son propensos a frustrar se y deprimirse, sentimientos que hacen más dificil alcanzar el éxito.

 

Género: Las niñas suelen tener mejor desempeño escolar que los niños; en promedio reciben notas más altas en todas las materias (Halpern er aL. 2007), es menos probable que repitan grados, tienen menos problemas en la escuela y superan a los niños en las evaluaciones nacionales de lectura y escritura (Freeman. 2004). Además, en un estudio con más de 8000 hombres y mujeres de dos a 90 años, las niñas y las mujeres tenían un mejor desempeño que los niños y los hombres en pruebas cronometradas. Por otro lado, los niños tenían un desempeño significativamente mejor que las niñas en pruebas de ciencia y matemáticas que no tenían una relación estrecha con el material que se enseñaba en la escuela. Sin embargo, las diferencias entre las habilidades matemáticas en la escuela primaria. Cuando se destaca la facilidad de cálculo, son pequeñas y tienden a favorecer a las niñas. La ventaja de éstas en escritura y la de los niños en

Ciencia son más grandes y más confiables. Las diferencias de género tienden a profundizarse más en la preparatoria. Una combinación de varios factores -experiencia temprana, diferencias biológicas (incluso en el tamaño y la estructura del cerebro) y expectativas culturales- pueden oon-

tribuir a la explicación de esas diferencias (llalpern el aL. 2007). Según un estudio realizado con 547 alumnos urbanos de segundo y tercer grados. La posición socioeconómica puede influir en la ventaja de los niños en las habilidades espaciales. Aunque los niños de posición socioeconómica media y alta se desempeñaban mejor que las niñas en tareas espaciales, los más pobres no lo hacían, lo que tal vez se debe a la menor probabilidad de que esos niños participaran en actividades con orientación espacial, como los proyectos de construcción.

 

Prácticas de crianza: Los padres de los niños con alto rendimiento crean un ambiente para el aprendizaje Proporcionan un lugar donde estudiar y guardar los libros y materiales; establecen horarios para las comidas, para dormir y para hacer la tarea; supervisan cuántas horas de televisión ven sus hijos y lo que éstos hacen después de la escuela; también muestran interés en la vida de sus hijos cuando hablan con ellos acerca de la escuela y participan en las actividades escolares Los niños cuyos padres se involucran con sus escuelas tienen mejor aprovechamiento.

 

Los estilos de crianza pueden influir en la motivación y por consiguiente en el éxito escolar.  

 

En un estudio, los alumnos de quinto grado de más alto aprovechamiento tenían padres autoritarios, esos niños eran curiosos y se interesaban en el aprendizaje; les gustaban las tareas que constituían un reto y disfrutaban cuando resolvían por si mismos los problemas Los padres autoritarios, que estaban detrás de sus hijos para que hicieran las tareas, que los supervisaban muy de cerca y confiaban en la motivación extrínseca  solían tener hijos de bajo aprovechamiento. Lo mismo sucedía con los hijos de padres permisivos que no se involucran y parecen no interesarse en cl desempeño escolar de sus hijos. 

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